jueves, septiembre 18, 2008

Electric fil

Esta es la canción pop más pegote que he escuchado últimamente. Igual la encuentro buena como tal, aunque a C no le gustó, pa variar...Me entusiasmé y bajé el disco, pero la verdad es que tras escucharlo un par de veces concluyo que el tema bueno es este no más. El video tb me gusta. Parece un carrete de hobbits.

miércoles, julio 09, 2008

Paqueadas


Historias de pacos tengo varias, como la del paco que nos abordó a mi amigo David y a mi hace años en una fría noche de invierno en Rancagua mientras conversábamos parados en una esquina para paquearnos y terminó dando jugo y haciéndose el bacán y chistoso para nuestro divertimento. Era un pendejo, menor que nosotros, recién salido de la escuela seguro. Otra: el paco que llegó a paquearnos a otro sociate y a mi en situación similar a la anterior, pero esta vez a la salida de los tribunales de justicia en Valparaíso, preguntando qué hacíamos ahí; “nada”; que nos vayamos y wea; “pero, ¿por qué?”, y desde su sensación de inseguridad, larga la pregunta “¿Uds. Conocen el artículo 17. 976.643968bhrgablrtnxxx?”; (Admirados y a coro), “¡¿Noo..?!”; “Léalo y después conversamos”. Y se fue po, sintiendo que había hecho una salida dignísima, dejándonos dibujados primero y cagados de la risa después. Otra, la vez que estacioné el vehículo en la losa de la plaza Sotomayor como siempre pa cruzar al Playa y me pasaron un parte. Pido explicaciones a la pareja y uno de ellos me dice que está prohibido estacionarse ahí por que con el peso de los autos el suelo se puede hundir sobre el subterráneo que alberga el pequeño museo bajo la plaza. Puta, qué le iba a decir po weon…excepto que hubiese esperado que notificaran anticipadamente sobre la puesta en vigencia de la norma, pues siempre todo el mundo estacionó siempre ahí. Grande fue mi sorpresa y mi indignación cuando a la semana siguiente llego al mismo lugar y veo el parque copado como de costumbre y una pareja de pacos ahí mismo laissez faire care raja. Hasta hoy todo el mundo sigue estacionando ahí cada fin de semana, excepto cuando ellos no quieren-
Pero la más surrealista ha sido la siguiente: domingo tipo tres de la tarde, me bajé de la micro en Bellavista y caminé hacia la plaza Aníbal Pinto para subir a mi casa en el cerro; voy pasando por la plaza Cívica y un perro callejero, de esos que abundan en el puerto, me huele la desconfianza y me pega la odiada, GUAGUAGUAGUAU! y wea, haciendo amago de mascarme las canillas, grande el cabrón; a unos diez metros un radiopatrulla estacionado baja el vidrio y un paco joven con aspecto de teniente sigue la escena con atención. El perro me va a morder, así que para defenderme hago ademán de coger una piedra del suelo, aunque como ahí es puro pavimento no había un puto guijarro, y hago como que se la voy a tirar intentando disuadirlo, y mientras ocurre esto veo que el paco abre la puerta del radiopatrulla y me interpela en voz alta y firme de superhéroe con las siguientes palabras: “A ver!, ¡¿Qué te pasa con el perro?!...”.
O sea, yo he visto que los pacos en general trabajan bajo presión y a menudo en peligro, por lo que me explico que a veces sobrerreaccionen o no den la respuesta más adecuada, pero…el perro estaba a punto de morderme, él había visto toda la escena y estaba prestándole ropa AL PERRO. Eso si que no lo entiendo si no concluyo que entre el paco raso abunda la falta de criterio y la autoimagen simplona del héroe. Claro, encontré la wea tan irracional que le ladré algo como “vohehtailoco, weon?!! ¿no estai viendo que me quiere morder??? Andate a la jbcuxxxo!!”. Yo creo que puse tal cara de indignación que el weon no me dijo nada más y hasta el perro se asustó.

domingo, mayo 25, 2008

DIOS III Y FINAL


La Biblia es un libro raro. Está como cargado, que le llaman. Es un libro que pocas veces es examinado con imparcialidad. Despierta enconados prejuicios entre quienes a priori la consideran negativamente. A mi me enseñó algo que no se supone que enseñe, al menos en la opinión popular: el brillo de la razón.
La interpretación de la realidad y de la historia que se destila de ella es sin duda poderosa, poderosa por que es abarcadora y nítida, armónica respecto de sí misma y respecto del testimonio de la historia, de la ciencia y de la realidad del mundo que nos toca vivir. Es posible encontrar respuestas a todas las preguntas por que, contrariamente a lo que se le critica (desde el prejuicio más que desde el conocimiento), desarrolla una interpretación del mundo que encaja mucho con la realidad.
¿Por qué salí de allí, entonces?. A veces me lo he preguntado, a veces me lo han preguntado, pero como sea siempre me quedo pensando en las razones y termino dándome cuenta de que no fue por una decisión pensada como fue el haberme envuelto en el asunto.
Hubo aspectos del cuento de seguir las normas bíblicas a los que no terminé de acostumbrarme y caí en la cuenta de que eran poco naturales, artificiosa, escolásticamente determinados y regulados, reñidos con un pilar de mi sentido del mundo: lo instintivo. Entonces empezó a parecerme humano, demasiado humano. Qué taquilla esa palabra de Nietzsche. Qué vieja la palabra “taquilla”.
Por lo demás, la misma lógica me llevó a razonar que Dios es más inteligente que uno, y que si para uno resulta evidente algo, para Él mucho más.
Lo ejemplificaré: hablando, en dos ocasiones distintas, con un par de hermanos espirituales que habían sido recorridos en los asuntos del mundo tocamos el tema del sexo. Del sexo oral, para ser más específicos. No crean que los loquitos estos son mojigatos o pacatos; quizá más discretos y delicados, pero el punto es que en ambas conversaciones mis interlocutores se manifestaron en contra de tal práctica sexual por considerarla aunque placentera, digamos, “inapropiada”. “Desvirtúa el acto” me dijo Francisco. O sea, lo desespiritualiza.
Ahí como que me quedé rumiando el asunto y con el tiempo fallé a favor de la naturalidad con que siempre había considerado el asunto desde niño. Para mi es demasiado evidente que solo una mente desviada puede encontrar desviado el sexo oral..!
Eso y otras cosas por el estilo me hicieron alejarme. No podía seguir predicando un estilo de vida que no me convenció. ¿Qué iba a decir cuando alguien me planteara las mismas cuestiones?. No eran ellos, finalmente. Era el libro…y parece que mi naturaleza es algo pagana.

CONCLUSIONES

La Biblia es un libro apasionante, pero no lo tomo como enteramente inspirado. Creo que tiene mucho de humano también.

Creo en Dios, o sea, en un ser superior y supremo que es anterior al tiempo y que creó todo; y que mi mente no alcanza a dimensionar en plenitud. Y creo que es una persona, no una fuerza.

Sé que la conclusión anterior no satisface las exigencias de la razón y la ciencia, pero creo que estas no son el criterio ni la medida última de las cuales fiarse para conocer el mundo y al hombre.

Creo que la muerte es el fin de la conciencia igual que del cuerpo. No creo en un alma inmortal que sobreviva o transmigre a otro estado cuando uno muere. Creo más bien en lo que decía mi mamita acerca de su propio destino una vez muerta: “se acabó la Juana”. Descarto la reencarnación de plano. No obstante creo que Dios tiene el poder de traernos de nuevo a la vida, o sea, creo en la resurrección de los muertos.

Creo que el carpintero de Galilea resucitó. Lo creo sencillamente por que si hubiera sido mula resulta más difícil aun explicar el arrastre histórico de su breve paso por la vida humana. No me declaro su seguidor por que seguidor suyo es el que intenta vivir según él lo hizo, y yo no lo hago.

Creo en el fin del mundo como lo conocemos. La wea no da para mucho más y si hay un Dios, yo asumo que intervendrá oportunamente para poner las cosas en orden. De todos modos si no lo hace tamos cagados…¿no creen?. Por que en que los líos del mundo los va a solucionar la gente (políticos o quienquiera que sea) eso si que no lo creo.

Creo otras pavadas más, pero creo que es hora de cerrar el post. Era por contar una historia no más...

Creo que me voy a preparar un trago.

domingo, marzo 23, 2008

DIOS II


A eso de los 17 me recuerdo como en expansión, como abierto a absorber mucha información y con un apetito ingenuo y candoroso de conocimiento, intensidad y plenitud. Tenía pocas cosas claras, entre ellas que no me gustaba Rancagua y que había que buscar la manera de salir de ahí. Pero también cosas positivas, como que me gustaba la música, el arte y otras inutilidades, y que sentía un profundo interés por las cosas espirituales.
Por entonces participaba en un movimiento juvenil católico, pero debo decir que más por su cultivo del desarrollo personal y por la cuestión social de alternar y conocer otros jóvenes. Llegando a la parte en que a uno lo querían atraer de nuevo a la Iglesia con misa, curas, confesionario, etc., no pescaba, era crítico…
Me interesé en las filosofías orientales (más bien en sus sucedáneos), la reencarnación y esas cosas con las que uno se engrupe en esa etapa y que tenían tribuna en revistas más o menos chantas, pero atractivas, como “Uno mismo” (la más respetable) hasta “Predicciones” (una verdadera mierda para consumidores compulsivos de esoterismo). Claro, es atractivo pensar que uno ha tenido vidas anteriores o que es posible comunicarse con los muertitos. Hablaba con curas y personas religiosas, pero llegaba un punto en que las explicaciones se quedaban cortas y se apelaba a una forma de fe que a mi me parecía más bien credulidad. Por ejemplo, eso de que Jesús había muerto por nosotros, por uno, era una idea extraña…¿qué quería decir eso cuando todos sabían que él había muerto hacía casi 2000 años atrás y harto lejos de Chile?¿Cómo conectaba eso con el presente?. Parecía una bonita frase hecha, nada más.
Muchas preguntas y pocas respuestas. Una ex me invitó a una reunión de un grupo evangélico, a la que fui. No me gustó mucho, aunque se lo tomaban más en serio que los otros. Me cargó esa inclinación al canto y al baile que no iba con mi forma de ser, más reservada. Era el mismo vacilón de las tocatas, pero canuto, y a mi la euforia me va en otro tipo de situaciones, no en lo religioso.
Paralelamente un amigo estudiaba la Biblia con los Testigos de Jehová (sí, esa gente que pasa a molestar a las casas en la mañana cuando ud está ocupado o quiere dormir), a quienes hasta ese momento yo identificaba como una rama más del protestantismo. Fui a una sesión también por curiosidad. Quedé sorprendido por la claridad y consistencia de las respuestas y los argumentos que esgrimían, todos extraídos de la Biblia. Se las sabían por libro, literalmente, y resultaba evidente aventajaban con creces al resto. Para cada pregunta tenían una respuesta sólida, o al menos bien fundada en ese libro que, hasta el momento, yo había considerado una obra antigua, larga y poco atractiva. Y si se les sacaba de ese terreno los locos se manejaban igual, o sea, se notaba que estaban bien preparados. Sorprendido por mi hallazgo me dediqué a estudiar las religiones en general y el cristianismo en particular por varios años, cotejando, contrastando y enfrentando versiones. Me sorprendió sobre todo el hecho de que un montón de doctrinas sostenidas por la tradición cristiana desde antiguo carecían completamente de apoyo en el libro que se suponía era la base de todo aquello y eran más bien producto de la tradición, y que el mismo libro presentaba particularidades que lo acreditaban, hasta donde uno podía razonar, como lo que pretendía ser según sus propios textos: un libro inspirado por el de arriba, no de simple factura humana. A riesgo de resultar latero cito un par de ejemplos puntuales: su exactitud histórica y el pasaje del libro de Isaías en que se refiere al “círculo” o “esfera” de la Tierra en tiempos en que ese hecho científico, que la Tierra es redonda, era ignorado.
Quiero aclarar que no es un misterio para este humilde servidor lo que ud, lector, debe estar pensando: “pobrecito, se lo engrupieron….”, y no me resulta extraño, puesto que supongo que en su posición yo hubiese pensado lo mismo, pero, para que me entienda, agregaré simplemente que, en general, no darles la razón en la mayoría de lo que discutíamos habría sido sostener militante y parcialmente una posición conservadora y escéptica más allá de lo razonable, y a mi me interesaba la verdad sobre estos asuntos, no ganar la discusión. En eso me ayudó mi posición neutral respecto del tema, por lo que no me sentía, digamos, amenazado ni vulnerado cuando las evidencias respaldaban un punto de vista reñido con mis creencias de entonces.
En eso me vine a estudiar a la U, y, cuento corto, me fui convenciendo de que había encontrado, sino la verdad, al menos lo más parecido a ella que parecía existir. Eso fue comprometiendo gradualmente mi corazón y mi visión de la vida, de manera que llegué al punto en que me vi enfrentado a hacer lo que entendía que debía hacer al cachar todo lo que cachaba, o a hacerme el de las brevas. Entendía, entre otras cosas, que Dios era una persona real y que esperaba que uno viviese con arreglo a sus leyes que eran para protegerlo a uno. Por ejemplo, si D mandaba mantenerse alejado de algunas conductas, digamos fornicar, drogarse o ser violento, no era por ser hinchapelotas y fome, sino por preservarlo a uno de las consecuencias negativas derivadas de tales prácticas.
Suena razonable ¿no?.
Bueno, con el tiempo empecé a relacionarme más estrechamente con mis nuevos amigos y mi vida se fue adecuando a lo que entendía era lo correcto. Recuerdo que dejé de carretear y los sábados por la noche salía a caminar por la ciudad, y mientras miraba el mundo a mi alrededor pensaba en lo afortunado que era al saber lo que sabía, y veía en las miserias del mundo el presagio de su próximo fin. Mientras más observaba el estado del mundo me quedaba más claro que no tenía arreglo. Los seres humanos no eran capaces de arreglar el pastel, aunque toda la publicidad del universo y los mensajes presidenciales año tras año pregonaran a gritos lo contrario. Tampoco servían de mucho las buenas intenciones de las personas con buenas intenciones para dar un giro decisivo al torpe rumbo de la raza humana, pues el proceso de disolución estaba avanzado y los que tenían la sartén por el mango se iban a ir a la tumba sin soltarla y eran capaces de cualquier cosa por conservar sus privilegios. Sin mencionar que no es posible detener la mquinaria endemoniada del mundo sin producir una debacle de proporciones bíblicas.
No había gobierno capaz de dar vuelta la tortilla, excepto uno que viniera directamente de arriba, y eso era lo que estaba prometido en famoso librito, que profetizaba una intervención del Jefe cuando la mansaca que estaba dejando la humanidad estuviese en su punto álgido.
Llegaba a casa lleno de gozo y excitación, sintiéndome en posesión de un conocimiento que deseaba compartir, y la alegría desenfrenada de la bohemia me parecía fatua y carente de alegría real, era más bien, según la veía, como una forma de evasión y disolución ante una vida sin propósitos ni objetivos en un mundo que hacía agua por los cuatro costados. Oraba, buscando la intimidad con Dios, y mi carrete era levantarme temprano para asistir a las reuniones cristianas, donde recibía instrucción y compartía con los que había llegado a considerar como mis hermanos. Era bonito eso. Estudiaba regularmente las Escrituras y me sentía luminoso por dentro y por fuera. Llegué a creer de nuevo en el Diablo como un espíritu opositor y maligno en cuyo poder se debatía el triste remedo de la verdadera vida en que se había convertido hacía ya milenios la historia humana, y me sentía continuador de una larga fila que se remontaba a la antigüedad remota, a los que habían muerto en las arenas del circo romano y a los primeros seres humanos inclusive…
Recuerdo que en una oportunidad tuve una experiencia religiosa (a lo Enrique Iglesias) de carácter medio místico. Iba bajando el cerro Alegre, donde vivía entonces, una mañana de domingo, pensando en no me acuerdo qué y de repente me quedé pegado al pensar en el sol que brillaba arriba mío. Sentía su caricia tibia sobre mi piel y veía su luz derramarse sobre la ciudad y a lo lejos el mar, y percibí una presencia inmensa pero cercana, inquietante y terrible, pero amorosa y amiga, que sin mostrarse directamente iba conmigo y se dejaba ver a través de su creación: era como Dios en persona que parecía guiñarme un ojo y decirme “Me quedó bueno, ¿ah?...tranquiiilo, mijito. Sí. Yo hice todo esto; y sé que Ud es buen chato y me quiere, y yo también lo quiero. Y lo cuido, así que no se preocupe. Siga así no más”. No con esas palabras, pero más o menos eso.

concluirá

domingo, marzo 09, 2008

DIOS



Cuando era niño entendí que era un padre celeste que velaba por todos los niños buenos, un espíritu universal guardián de las cosas buenas que velaba mi sueño cuando sentía miedo, según me instruyeron mis papás. “Tatita” Dios, que le dicen a uno, “duerma tranquilito, mijito, no tiene por qué tener miedo mire que Tatita Dios lo está cuidando y a todos los niñitos buenos”, así que déjese de huevadas y duérmase, les faltaba decir. Igual me la creía y no recuerdo cómo, pero terminaba dormido.
Tampoco recuerdo en qué momento, pero debe haber sido entre los cuatro y los seis años, también por transmisión cultural familiar , aprendí a rezar. “Padrenuestro, que estÁs en los cielos, sAntificado sEa tu nombre, etc…”.
“Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares, de noche ni de día, nienlahorademimuerteamén”.
Esos versos tienen hoy para mi una sonoridad familiar y casi de sueño. Los pronuncio con los ojos cerrados y puedo volver a sentir la sensación de mi cama en la oscuridad, y el efecto tranquilizador que en general tenían, sobre todo si andaba con miedo por ver una de terror en la tv.
Sigue siendo bacán la idea de un espíritu protector de uno, buena onda y con alas. Cerca de la casa había un cementerio, y a veces íbamos a pasear. Era una pequeña ciudad dormida bajo el sol, y el silencio y esas voces mudas abrían espacio a la imaginación. En un rincón había una estatua de un ángel, y a mi me gustaba hablar con él. Igual cachaba que era solo una estatua de piedra, pero presentía en ella un espíritu, entonces me gustaba conversarle. En la universidad aprendí intrincadas palabras para denominar esa experiencia.
La cuestión es que a esa edad, a punta de inquietudes y preguntas, trabé conocimiento consciente con el tema de la religión, ya no de Dios, sino de que existían lo que yo llamaría ahora, en el lenguaje de la universidad, instituciones religiosas. Por supuesto, diferenciaba apenas católicos y evangélicos. A la vuelta de mi casa había una iglesia evangélica. A mi me caían bien los canutos por que encontraba choro eso de que cantaran en fila por la calle. Parecía una fiesta, en el mejor sentido de la palabra. Como que rompía con la monotonía de lo cotidiano. Era el sonido de la música, estoy seguro…
Cuando tenía ocho años, una mañana de primavera o fines del verano, no me acuerdo, me levanté de la cama a eso de la 11 de la mañana y desperezándome salí al patio, y la belleza de la mañana, del sol, la suavidad vagamente perfumada del aire y el verde del parrón me insuflaron, hicieron aparecer en mi espíritu, una pregunta cósmica: ¿de dónde vino todo?¿cómo llegó a existir todo esto, las plantas, la uva y el hombre?. Esta se transformó para su humilde servidor en una pregunta importante y movilizadora. Alguien debía cachar el rollo, había curas, libros y papás, así que debía ser cuestión de preguntar, pensé...
En un momento, alrededor de los diez, los niños del barrio se inscribieron en la parroquia local para “ir a catecismo” y “hacer” la primera comunión. Parecía entrete y quise ir también. Paralelamente, en el colegio había “clases de religión”. Nos enseñaban canciones y algunas ideas así como de memoria. Fui dos años a catecismo y en mi primera comunión me esforcé por experimentar un estado místico cuando me tragué la ostia, pero era más el anhelo de profundidad, la tentativa de infinito que lo que de realmente sustantivo tenía el rollo. Era todo muy bonito, pero a la larga no tenía mucha trascendencia en la vida de uno. Conforme se crecía uno iba cachando que el tema no era considerado de importancia por la gente. Entonces la religión iba perdiendo majestad, como una versión más elaborada, una versión para la pubertad, del mito del viejito pascuero. Igual uno cachaba que ser bueno tenía un valor funcional: si todos somos buenos las cosas andan bien, pero en el mediano y largo plazo, se podía prescindir más o menos perfectamente de la religión y relacionarse con ella en términos de una simpatía lejana o una absoluta indiferencia. Excepto en situaciones límite, por supuesto. Con la pelá al frente el proceso de aproximación a lo religioso se gatilla con violencia, por ejemplo, en un avión secuestrado, colgando de una rama ante el abismo o ante un simple cáncer terminal. Situaciones como esas lo ponen a uno de cabeza contra las piedras y sin el beneficio del tiempo para pajearse barajando consideraciones filosóficas.
El caso es que a los 14, cuando me inscribí en una iglesia con el fin de preparame para la confirmación, ya sabía que no iba a durar mucho. Fui a dos “clases” y sería todo. Uno ya estaba grande para esas ñoñerías. En adelante, la imagen de la Iglesia Católica, que después de todo es la religión de mi cultura, apareció para mi hasta hoy más como una institución de fondo más bien social antes que religioso: gente buena mucha de ella, ayudante de los pobres, pero incapaz de entregar respuestas satisfactorias a las preguntas cósmicas sin apelar a una credulidad ingenua. Y como institución, históricamente chacreada, sin crédito, alineada con los otros poderes perversos que uno empezaba a distinguir en el aparente orden del mundo.
Por esa época empecé a leer. Quiero decir, a leer con un propósito, como buscando aprender. Hasta ese momento era buen lector de novelas y cuentos, pero no me había metido en el rollo del pensamiento. Me cautivó Hesse como texto iniciático, eso de la búsqueda de un sentido trascendente. Ahí floreció nuevamente mi apetito de absoluto, pero bajo una nueva perspectiva: la del librepensador crítico filosófico, y pasé por la típica fase de pseudoateísmo adolescente hormonal tras la lectura de la frase de Nietzsche de que Dios había muerto, que me sonó tan cool como el rock, y de Huidobro, diciendo que no hay tanto vicio en el vicio ni tanta virtud en la virtud.
También me sedujo Richard Bach con su Juan Salvador Gaviota. Es que no había afinado mucho el criterio todavía…Pero ahí estaba el embrión del tema de la libertad y la autodeterminación individual humana. Saint-Exupery, Ortega y Gasset (a quién juré entender en ese momento), la pomada orientalista y un profesor de filosofía que tuve completaron la ecuación. Creo que en ese punto del periplo se definió un poco lo que uno iba a ser en lo sucesivo. Como que cristalizó eso que los psicólogos llaman personalidad, que es la forma de ser y de pensar de uno. No imaginaba los derroteros que seguiría mi viaje espiritual...

continuará

martes, febrero 19, 2008

Fe de ratas




Releí el último post y me pareció una mierda, así que lo saqué.

lunes, diciembre 17, 2007

Se trabaja con barro y con sueños



Puta…muchas cosas. Hace tiempo que he estado con ganas de escribir y me he encontrado con poco tiempo, con una sensación de premura de otras cosas. Y a ratos desconfiado de este formato por parecerme muy de vitrina y reñido con la autenticidad y con la sinceridad, como si uno mostrara aquí algo medio teatrero, como poco auténtico, poco espontáneo…
Me gusta como escribe M, por que no la piensa y el resultado es encantador. O a lo mejor la loca la piensa caleta antes de escribir y yo estoy puro hueveando y todos hacen lo mismo. Bueno, debe pensarla igual, pero en general me parece que la piensa menos. Aunque en todo caso ya ni escribe, por que está folin in lov, ashi…

Vi un ser de otro planeta que es hijo mio en una pantalla de luz encaramado en una torre de 11 pisos…viene muy lejos, o eso siento, pero ya viene lo suficientemente cerca como para ver que es humanoide. Es un humanoide..es rara esa palabra; todo lo terminado en oide es algo falso o inacabado. En este caso es lo segundo.
Se mueve, por momentos sorprendentemente..! es una criatura humana. Me recuerda el homúnculo o el cuadro “El grito” de Munch. Después le sacaron una foto de frente y está para tatuaje de chascón: la pura calavera.
Lo llamamos “la manchita” cuando era solo una mancha informe que latía, como un corazón primitivo. Ahora parece un marciano y lo llamamos, ya con algo de cariño, “Rena”, diminutivo de renacuajo. Aunque lo que se lleva los últimos días es referirnos chistosamente, pero serios y en tercera persona, a “la sandía”, por el aspecto que empieza a ofrecer el envase, es decir la guata que lo contiene.

Puta que se han complicado las cosas…
Mucho trabajo este año, como nunca.
Queríamos una casa con la Cecilia, y nos pusimos a buscar una.
En principio ella quería un departamento, por que teme visitas de ladrones y le parece más seguro.
Yo no quería, por que me gusta la tierra y los depas son como cuadrados y chicos, opresivos a la larga. Ella es miedosa, pero yo creo que la delincuencia es parte del paisaje y que hay queh’ tar vío no ma, broder, ashi...
No siempre basta con eso, pero, sin querer ser temerario, uno no puede vivir en temor del peligro. Si el mundo igual está desordenado, y las grandes ciudades que yo sepa siempre han sido así.
La cuestión es que tras mucho buscar (quedamos con los ojos llenos de casas), encontramos una en la que coincidimos y JUA!
El fuckin Money lo pone el banco, que tiene un apellido bonito (“Santander”). Suena como elegante, como nombre de puerto o algo así. O sea, tiene un nombre que es como apellido.
Pero no contentos con prestarnos la plata los del banco me exigieron que me hiciera cliente de ellos. Eso es bien especial, por que yo creía que si me estaban prestando plata para una casa ya era cliente. Sobre todo considerando que si no les cumplo me hacen pebre, me pueden hasta encarcelar después de quitarme la casa, los muebles y el alma.
El caso es que me pusieron como condición amarrarme con ellos, y ahora tengo una chequera, cuenta corriente y un juego de tarjetas plásticas y una línea de crédito.
Un puñado de weas que nunca he necesitado, que nunca pedí y que considero más que nada un cacho.
Pero están ahí, en un cajón.
Y más encima tengo que pagarles una mensualidad. No es tan alta, pero la sangría es permanente. En fin, consulté con mi suegro, viejo zorro y curtido en estas lides, que me sopló que legalmente no me pueden obligar a ser “cliente” por los años que dure el préstamo para la casa, que era lo que me había dicho mi ejecutiva, así que pienso sostener el cuento un año, máximo, y portón, chao pescao.
No confío en mi ejecutiva. En realidad no se puede confiar en ellos.
Y la publicidad de otra institución financiera, Atlas, decía “alguien en quien confiar”; pffffffffff…..!
En fin.
Esta época del año me resulta agridulce por que viene el verano, pero hay que buscar pega para el otro año. Hay buen tiempo, pero se acelera el ritmo histórico y no hay tiempo. Sin mencionar que el desgaste del ciclo anual entra en fase álgida, o sea todos raja de cansados y queriendo puro salir de vacaciones. Queda poco, pero por lo mismo uno quiere que termine, y la wea se alarga.
Pffffffffffff, de nuevo, jajajajaja =)
Parece que hay que andar zen. Al día y fijarse en los sonidos, en los detalles, en las hojitas de los árboles, en el ritmo de la respiración y en el sonido del mar. Deporte, quiero hacer deporte, que me duelan los músculos del cuerpo, no los de la cabeza no más.
La Internet, en el momento del año en que más se necesita está funcionando como el loly. Ley de Murphy.

Me tienen chato los pokemones y el reggaetón. Y la teletón. La tele más que la ton. Me caen mal los weones de la tele en general. Los encuentro enteros pajarones y frívolos y fooooomeeeeeess..!
Ya empecé con las consideraciones intempestivas…
Mi madre, mi pobre madre…es un cable al rojo hasta el centro de la tierra. La muerte y la miseria, la vida hecha jirones en un cuerpo que envejece y un amor que, al fondo, arde. La vida empieza a despedirse de ella, le entrega los minutos robados, los descuentos, y ella nunca ha estado más expresiva y risueña, acaso nunca hemos estado tan cerca. Y las agujas del reloj corren. Pulso. El pulso del mundo me hace rechinar los dientes y gritar silenciosamente: quiero devorarlo todo…mi madre se apaga, mi hijo se enciende y yo corro moviendo un dínamo cósmico, como un náufrago en medio del mar, sin posibilidades pero aferrándome instintivamente a la esperanza y a la lucidez.


El loco es hombre. Ayer hubo control médico y Ronnie dijo que el renacuajo es macho. No tiene nombre aun. Yo quería una niña, pero él es bienvenido igual.
Sé por que quería una niña. Quería criar una princesa amazona. Esto de leer atrofia la cabeza y lo quijotiza a uno jajajajaja… En cambio tendré que criar, ¿qué cosa?, un dandy, supongo. O algo así. Por eso hay que conocerlo primero para ponerle nombre. No hay apuro.
C quiere bautizarlo. Por la iglesia católica, entiéndase.
Yo no estoy ni ahí.
Respeto a las personas que profesan esa religión (yo también milité en ella de niño por tradición y cultura), pero no veo la razón para inscribir ahí al cabro chico. La religión es un asunto de opciones responsables, creo. Si no pa qué, po!...si es por celebrar el nacimiento hacemos una ceremonia significativa y simbólica y una fiesta con familiares y amigos. Fin de la historia.


Gente que me ha escrito y que me alegra que lo haya hecho y que pretendo ver en persona en el corto o mediano plazo: Checha Quinteros (date una vuelta por acá; Checha!), Marcela Cubillos, PP Benavides. Gracias, licenciados. No les he repondido por que el trabajo me ha mantenido alejado de las teclas, pero saludos y bendiciones a todos. Gracias a Carlos también por sus comentarios, asiduo lector de larga data.

¡Voy a jugar con tierra otra vez, por fin!

miércoles, agosto 01, 2007

Velocidad crucero


En noviembre del año pasado mi mamá se enfermó. Un trombo o coágulo de sangre se atascó en una vena cerca de su cerebro y obstruyó la irrigación haciéndola perder el conocimiento. Un accidente vascular o una trombosis, que le llaman. Cuando despertó no podía moverse ni hablar. Era un sábado en la tarde cuando recibí una llamada telefónica de una prima que me puso al corriente. Estaba atardeciendo y caché que había llegado el tiempo en el que venía pensando desde hace rato. Al día siguiente me fui temprano a Rancagua, esa ciudad de mierda que me carga y que mi amigo Chopa adora, cada uno de los dos con sus propias razones. Yo tuve que bancármela casi 20 años.




Desde entonces he estado lo más cerca de ella que he podido y he ido a visitarla regularmente cada quince días. El primer mes y medio fui todas las semanas y me quedaba varios días. El destino quiso que una tía muy querida y una prima que ha resultado ser un ángel se han hecho cargo de ella, pues ya no puede estar sola y traermela a donde yo vivo sería ponerla en una situación muy incómoda, a ella, que nunca quiso salir de su casa. Abandoné la idea de estudiar en el extranjero, pues no podría irme por mucho tiempo dejándola. Y no es tanto por echarla de menos como por sentir que es mi responsabilidad, o al menos sé que ella no habría hecho menos si yo hubiese estado en su situación. Se recuperó bastante, pero nunca más será la misma. Su brazo derecho quedó inutilizado y perdió la capacidad de hablar. Transmite caleta, igual, pero no se le entiende nada. Habla en una jerga silábica-vocálica onda "Tototatetototototutoto...", y hay que tratar de cachar qué onda. En compensación su humor mejoró y está más alegre, como más distendida, ella que era más dura que palta de supermercado... También (no sé por qué) no quiso teñirse más el pelo ni arreglarse, como si hubiera dicho como en la canción del Álvaro Henríquez "alashushesumaaaa...". Al menos ya controla esfínteres, que es una gran cosa, y anda en la suya, ordenando cosas, pone la mesa y come y va al baño sola. Pero ya no es independiente. Tuvo que irse a vivir con mi tía en un departamento chiquito, y nuestra casa quedó habitada solo por los arrendatarios de las piezas sobrantes, que igual son de confianza y la cuidan bien. Cuando me quedo allá, lo hago en la que por casi 20 años fue mi pieza. En la noche prendo el fuego de la salamandra, recorro la casa y la siento llena de recuerdos y de fantasmas del pasado. Es cuático.




El jardín es solo tierra y ha crecido maleza en los maceteros. La enredadera la cortaron y el parrón está escuálido y medio mustio. Todo es silencioso. Lo bueno es que ella está bien, dentro de sus posibilidades, donde está. No quiere salir del depa y su cabeza está del color de los ajos. Con los lentes y su pelo corto tiene un aire a Andy Warhol. El sábado fuimos en el auto con la Cecilia y la idea era sacarla a pasear. No quería, tuve que sacarla a la fuerza; ya, nada de weas, no te vas a quedar encerrada el resto de tu vida aquí, vamos....me rasguñó, pero al final la saqué igual no más, la metí al auto y nos fuimos a pasear a Lo Miranda, un pueblo cerca de Rancagua donde teníamos una casa de veraneo cuando yo era niño. El pueblo ya no es igual. Las calles están pavimentadas y todo se ve más urbanizado. Pero pude encontrar los caminos y fue grato; mamá estaba contenta y lo disfrutó también.
Cuando compro los pasajes en el terminal, o cuando me tercio con un portero me dicen "joven"..."Adelante, joven", "Buenos días, joven", "De nada, joven"...y a mi me da risa.
Ya no soy joven. El futuro de mi juventud ya se fue. Soy un adulto, un hombre. Lleno de contradicciones, inseguridades y fantasmas. Intenso a rabiar, alerta, con un niño escondido. Como todos. La vejez está a la vuelta de la esquina. La vejez y la muerte. Y voy corriendo: la sonrisa de mi madre me lo dice. No hay esperanza, no hay tristeza: es así nada más. Debe ser bueno si así es. Era polvo y volveré al polvo pronto, dentro de unos años. Mientras tanto exprimo la vida. Tanto la exprimo que me saqué la chucha en bicicleta hace poco, pero me gustan mis cicatrices. Me siento en la cresta de la ola aunque el espejo cada mañana me susurra "Memento mori...".
Ese es tu enemigo, hijo de puta. Una parte de él.

domingo, junio 10, 2007

Para Marica Cizañero de los Anónimos

Esta canción va dedicada a Marica Cizañero de los Anónimos (ese es tu nombre, ¿no?). Para ti, weon, sí, para ti, no, si tampoco solo para ti, o sea, para ti para que la disfrutes o la padezcas, en mala; para todo el equipo de LUN y de SQP y esas mierdas similares; sobretodo para los enemigos de la vida, para los envidiosos y cizañeros, para los intrigantes y los chantas, para esas almas plebeyas que buscan la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio desde las cómodas posiciones que brinda el anonimato o la impunidad. Que resuene en sus oídos y se enquiste en su memoria.
Pero también en buena para mis amigos, para mi mujer y para todos los que están llenos de defectos pero no dejan de ser buenas personas aunque cometan errores, para ti Chopita, amigo, para ud, doctor Patricio, enemigo de plebeyos y aprendiz de hombre como yo, para Rojas mi amigo, para mi suegro, para David, para Manuel y Polaf, para la Maricza, para la Bolocco y la Bachelet.
Y tú, Marica, escúchala bien y acompáñala con una sopita de cianuro.
Un saludo a los guerreros por la vida. Aguante, y grande Rubén.
Para los pavuncios: hay que hacer click en la imagen pa ver el video.

domingo, abril 22, 2007

miércoles, abril 11, 2007

lapalalapalalapalalapalalapalalapala


Esto no está bien. No se puede vivir por mucho tiempo de la manera que lo estoy haciendo ahora. Mentira. Sí se puede. Un montón de gente lo hace. Trabajar, trabajar, trabajar, trabajar...lo imbécil del caso es que siento que se trata de un esfuerzo cuyos destinatarios en su mayoría se sentirían más cómodos prescindiendo de lo que se les entrega, pero igual van a hueviar y a calentar el asiento. No es para nada motivante y se me está empezando a poner cuesta arriba. Trabajar, comer, cagar, dormir, trabajar, trabajar, trabajar sin destino, sin sentido, como arando en el mar. Lo único que me hace sentir que vale la pena es ver a mi ratón tranquilo, con tiempo libre, pero recuerdo a esa gente que he oído decir "puta, weon, yo trabajo weon, como bestia weon, de sol a sol weon y todos los días de la semana y del año weon, no tengo tiempo para nada más weon, pero ¿sabi qué, weon?, toy contento weon, por que me gusta darle lo mejor a mi familia weon, etc, etc, etc..."; voy a ser mal padre, parece por que, la verdad, no estoy ni al lado con esa filosofía de vida y me parece una mierda. Estoy al aguante, pero hoy siento que necesito mi día de furia y me pregunto si no me habré metido en un forro. Sí, ya sé que soy un pendejo. Dime egoísta, inmaduro, flojo podrido como me decía malditamente mi madre, pero no me sacan de la cabeza que se trabaja para vivir y no al revés, y que esto será normal en en sentido de que hay mucha gente en la misma, pero no me vengan con que es natural y con que hay que sentirse orgulloso de hacerlo. Asumo que no soy un "hombre trabajador", sino un weon vacacionador, un hippie (sorry, mom, pero es lo que hay). Al final todos somos hippies.

jueves, enero 04, 2007

En fin..!



Chequeen este video por favor, que está imperdible. Lo desubrí gracias a mi amiga Maricza, que me pone al corriente de las novedades y que me desayunó con esta maravilla ayer mientras hablábamos sobre artistas freaksmmmm...! (ojo, que no es Evo Morales).

jueves, noviembre 02, 2006

El imperativo de la reflexión ineludible



















Ayer vino R a Viña, y como era feriado y C tenía trabajo qué hacer cogimos el auto y nos fuimos a pasear. Estuvimos en Con Con comiendo empanadas, luego en la roca oceánica viendo como las olas reventaban a nuestros pies, acantilado abajo, fuimos a Valparaíso a turistear y rematamos en Journal comiendo chorrillana con un par de cervezas. Ahí mi amigo, que está atravesando por un período de crisis (se va a quedar sin trabajo dentro de unos meses, se murió hace poco un amigo en común y acaba de terminar una relación de tres años), me confidenció que estaba achacado, por que se ve enfrentado a darle nuevo rumbo a su vida tras plantearse esa pregunta difícil sobre qué es lo que quiere realmente y a sus 35 años no poder contestarse por que sencillamente no lo sabe. Me contó que siente que gran parte de lo que ha hecho en su vida, léase estudiar y hacer un postgrado, ha sido fruto de intentar subconscientemente cumplir con las expectativas que los demás, o que él le atribuye a los demás, tienen acerca de él, o sea ha hecho un gran sacrificio por lo que llamamos el “éxito”, esa weá media difusa que no es palpable ni masticable, pero que regula la conducta de harta gente. Conste que el loco no es un trabajólico elitista ni un arribista ni nada parecido: de hecho está más cerca de ser un hippie indecente, como el de la canción de Maná. Lo único que realmente le entusiasma y lo mantiene vibrante es la música (es músico paralelamente a ser médico), pero tampoco puede dedicarse full time a la guitarrita por que es la weá más inútil e improductiva del universo y ni siquiera tiene el crédito de haberla estudiado formalmente como para vivir de dar clases de guitarra, amén de una plétora de gente que tiene igual o superior talento y que le lleva mucha ventaja. Entonces C ve dos alternativas delante de sí: meterse de lleno en la vida profesional para seguir un decurso vital convencional con cuentas corrientes, crédito hipotecario a 20 años, auto en cuotas y familia con niños, etc., o lanzarse de cabeza a la música de una vez por todas y renunciar a todo lo otro, y no sabe qué es lo que realmente quiere, pero sabe que es el momento de decidir lo que va a hacer la segunda y última mitad de su vida…
Y el punto es que la pregunta es pelúa, poh…¿Qué es lo que uno realmente quiere?, por que es cierto que se puede pasar una vida existiendo en función de lo que uno cree que se espera de uno a la sombra de imperativos que con frecuencia son creaciones de uno mismo, a lo mejor para darle sentido a los días no más, a lo peor para no llegar a plantearse preguntas tan tremendas y difíciles como esa…y es difícil contestarse. O sea, yo lo encuentro difícil…Si ser feliz consiste en hacer lo que uno íntima y realmente quiere hacer, ¿Qué es lo que yo quiero?. Yo, al menos, me contesto con una frase de Michelet: “Feliz es el hombre que ha encontrado su trabajo y una mujer a quien amar”.
Y tú, ¿Qué es lo que quieres realmente?. Por que el tiempo sigue su marcha.

martes, septiembre 19, 2006

Cabeza de tele II


Amelie: Por que es encantadora!...derrocha imaginación y romanticismo, colorido (me encanta eso de verde con rojo y amarillo) y técnica fílmica; tiene detalles pensados para enganchar: ¿Quién no ha experimentado el placer de meter la mano en un saco de lentejas o de arrojar piedras rebotando en el agua?, una banda sonora muy hermosa, con aires nostálgicos, populares y con toques clásicos, con protagonismo de piano y acordeón que acompañan muy bien las escenas (el flasback de Dominique Brotodeau a su infancia cuando encuentra la cajita oxidada en el teléfono público, ¡emotiiivo, po weon!...) y la Audrey Tatou (¿así se llama?) caracteriza admirablemente el personaje. Incluso el inicio con parte de los créditos captura de inmediato por lo original de la composición audiovisual y los primeros esbozos del personaje jugando solitario juegos infantiles mientras el piano melancólico, pero intenso, genera una fina tensión dramática, y ella come diez fresas metidas en sus dedos una por una, y hace cantar una copa frotándola y armonizando con la música….gueeeeeeeeeenaa po!!. Tengo varias amigas medio Amelies, de lo que deduzco que el personaje es un tipo universal.

Fresa y chocolate: película cubana cuyo mérito y gracia está en los diálogos y en la historia que cuenta, que es la de cómo un escritor homosexual y un joven estudiante llegan a encontrarse como personas, como seres humanos en un vínculo de amor filial. Excelente la interpretación de Jorge Perrugorría, actor que encarna a Diego, el escritor gay.

Tango feroz: Película argentina de mediados de los noventa, pero que retrata el Buenos Aires juvenil de fines de los sesenta y la figura del héroe romántico “suicidado por la sociedad”, a través de la historia de un cantante pionero del rock en la Argentina. Me gusta por que el personaje de Tanguito es entrañable: un loco que lo único que tiene y sabe hacer bien es su música y su honestidad artística, y que termina mal por que no transa, por que no “se adapta” (¿no es cinismo esa weá?¿o finalmente es parte del proceso de madurar?...como sea, si quieres vivir parece que no queda otra), y termina aniquilado por el sistema que muestra su cara más siniestra en el personaje de “Lobo”, el inspector de policía que al fracasar en su intento de captarlo como soplón se lo caga cargándolo con droga. Una película que, hecha a partir de un personaje real a cuya historia añaden elementos ficticios, resulta desgarradora y nos recuerda lo mierda que puede ser el mundo a veces para los idealistas que no caminan sumisamente con el rebaño. Escenas notables: Tango diciendo a Mariana, tras negarse a venderse a los criterios comerciales fofos de la discográfica que le ofrecía un contrato:”Dije que no. Alguna vez alguien tiene que decir que no…¡lo que no entiendo es por qué siempre me tiene que tocar a mi!”; la escena que cierra la peli, donde muestran la filmación de hace años donde todos tenían que decir algo para verse y oírse cuando estuvieran viejos. Tango aparece en cámara y tras expresar su amor por la vida y por Mariana sentencia una frase que todavía me estremece y me hace cuestionarme cada vez que la recuerdo, por que será una frase hecha pa la película, pero puta que me da qué pensar: “Todo no se compra, todo no se vende…tengo una lista interminable de cosas más importantes que la seguridad”. Y el weon es tan buena onda con su cara de ratón y su corazón de fuego que uno no puede sino amarlo. Se echó al bolsillo toda la filosofía de mi anciana madre sobre la conveniencia de lograr una situación estable en la vida. Me gusta esta peli aunque me hace sufrir, además que a veces pienso que un día yo voy a terminar igual, idea que me ha rondado por años y aun no descarto…


Vampiros en La Habana: por que es una ocurrencia genial po: una historia de vampiros en Cuba hecha en formato monos animados llena de humor y sabor. Muy original y graciosa.

Habana Blues: seguimos con Fidel y su isla. Esta es un poco en la onda de Commitments, por la importancia de la música en la estructura del filme y en el guión. Dos amigos músicos yuntas (pero yuntas!) que ante una oportunidad que la vida les pone por delante se ven obligados a decidir cada uno su propio camino. Mucho rock, un argumento sencillo y lecciones de vida: vivir es elegir, y la vida sigue.

El tambor de hojalata: del alemán Volver Schondlorff. Película larga que se sumerge en la historia de Alemania durante la primera mitad del siglo XX a través de la perspectiva de un niño que, habiéndose percatado tempranamente del cinismo y la contradicción que envuelve la vida adulta, decide no crecer más. Filme crítico, mordaz, esperpéntico a ratos, como cuando hace uso de recursos estéticos crudos e incluso gotescos. Creo que es una adaptación de la novela de Günther Grass. Escena notable: el mitin nazi que se transforma en un baile cuando Oskar empieza a confundir la marcha que toca la banda militar (que terminará en un vals) con los sones de su pequeño tambor.

Vaya a su videoclub más cercano y juegue. Después comentamos.

viernes, agosto 25, 2006

Cabeza de tele





Bendigo las posibilidades que nos ofrecen los nuevos medios tecnológicos, la cara amable de la globalización que permite el acceso a bajo costo a tanta información y ha democratizado ciertos bienes de consumo como las películas, que tanto me gustan (aunque creo que no tanto como a mi amiga P, que es pegada con el cuento y se veía de a tres por tarde, cabeza de tele). Odio los programas de la tv chilena abierta: con algunas excepciones la mayoría me parecen un insulto a la inteligencia, pero me gusta ver películas buenas. Buenas no significa necesariamente que el filme sea de gran contenido artístico, sino que me guste y que me deje algo, sencillamente; igual siento que tengo buen gusto. O buen mal gusto también. Como sea, esta es una lista breve de mis favoritas, en orden a la chilena, es decir sin orden:
Closer: por que me la acabo de repetir, y me sumerge en un estado de melancolía. Película que retrata con crudeza y sutileza al mismo tiempo los retorcidos rumbos que a veces toman las relaciones sentimentales. Me gusta por lo mismo que me cautivó La insoportable levedad del ser, la novela de Kundera: por la insoportable levedad del ser.

El señor de los anillos: nunca me interesé en los libros de Tolkien, pero la peli me dejó pegadísimo, por su brillante realización, perfecto equilibrio entre cine comercial y artístico. Por que tengo mucha onda con la edad media también (hoy en la noche es la fiesta de san Agustín, a todo esto: guiño a los historiadores de la cato), y por que, aunque se trata de una obra de ficción, presenta, bajo la forma de una cuento, cuestiones existenciales y valores super profundos y universales: la lucha entre el bien y el mal, la lealtad, el valor, etc. Por último, pero no por menos importante, por ciertas imágenes de antología, como la de los espectros negros cabalgando con una música épica, dramática y terrorífica. Buen cine, en suma, como para verla con tus hijos si los tienes, muy educativa.

The fearless vampire killers: del Polanski de los sesenta. Cacho que me gusta Polanski , pues sin proponérmelo me he ido haciendo de varias de sus pelis. Esta en particular por que es genial: una historia de vampiros con tintes de comedia, magistralmente actuada por el dúo protagónico del professor Abronsius y su ayudante Albert (Polanski actuando como un pendejo algo despistado y romántico-hormonal, devoto discípulo del profe), con esa belleza que fue Sharon Tate (¡Dios mío, se parecía a mi suegra!...), y con una fotografía y ambientación muy especiales y logradas (el castillo y las escenas de la nieve, que parecen del cine mudo de los años 20: Polanski haciendo vintage cuando no se creaba el término). Mucha imaginación, ironía con su toque oscuro, mezcla de recursos estéticos al servicio del guión....una sola frase que leí de niño en "Buen Domingo", el suplemento dominguero que traía la Tercera a principio de los 80 (¿¿Existe la primera me pegunto?); un pequeño reportaje a su persona y su obra titulado "Polanski: un demonio genial". Acá en Chile la vi de chico doblada al español en la tv, y me fascinaba y me cagaba de susto al mismo tiempo. El título lo tradujeron como "La danza de los vampiros", por la escena del baile en el castillo.

Gato negro, gato blanco: por que es una historia muy sencilla, pero de gitanos. Me cago de la risa con el vitalismo de los personajes y su estética colérica.

Antes de amanecer y Antes de anochecer: por que, como Douglas, sigo romántico. Por que me ha pasado eso de conocer gente por conección espontánea, aunque no en Viena, y por que es una peli de diálogos, y a mi me gusta conversar.

The Commitments: por que me gusta la música y las bandas de rock, aunque en este caso es soul. Por que me llaman la atención Irlanda y los irlandeses; siento como una sintonía con ellos cuando oigo su música o los veo en las pelis, pero también por que al film es estupendo, los personajes muy bien caracterizados (Joey "the lips": ¡genial!) y diferentes y la banda sonora está bacán.
Después sigo.

martes, julio 18, 2006

Resumen de noticias


El texto a continuación lo escribió Eduardo Subirats, filósofo catalán, con el que me gustaría estudiar si hiciera un doctorado. Su pensamiento refleja mucho mi visión del estado actual del mundo y de la historia (guiño al Chopa y a los historiadores en general). Ayer me levanté, salí a la calle a oir puras malas noticias: vi los bombardeos israelíes sobre el Líbano por televisión mientras miraba carátulas de discos que hacían apología del mal, la muerte y la destrucción. La tele mostraba niños heridos siendo atendidos en los hospitales libaneses. Después, George Bush mete la pata nuevamente en la cumbre del g-8 en San Petesburgo. El sacohuea olvida o ignora que hay micrófonos abiertos en torno suyo y suelta a Blair, creo, una pachotada que lo pone en evidencia como el siniestro simio hijo de puta que es. En fin, que siga paveando y ojalá que alguien atine y lo ponga a mirar crecer el pastito desde abajo. "El siglo" denuncia como un fraude un conjunto de medidas del gobierno de Chile, acusan que pretextando traer la anhelada y necesaria justicia social que ese país requiere, solo profundizan el modelo, o sea: más mentiras y artimañas, traición a sus representados. En Viña brilla el sol, hace calor como si fuera verano, casi. Es invierno, pleno invierno...¿trantornos climáticos?¿el efecto invernadero?. Pero yo ando de buen humor. Siento que me estoy convirtiendo en uno de esos viejos jubilados observadores del espectáculo de la historia. A propósito, la foto la tomé hace unos días mientras llovía y ocurrían tragedias por desbordes de agua en el sur del país. Bueh...ahí va el texto, no para deprimir a nadie, sino para reflexionar.

Publicado en EL MUNDO, 5 de abril de 2002
Las guerras del fin de la historia
EDUARDO SUBIRATS
"La trivialidad de los discursos posmodernistas de las dos últimas décadas anunciaba el enmudecimiento intelectual frente a la crisis global que vivimos hoy. Primer motivo: final de las utopías sociales.La bancarrota de los movimientos pacifistas, y de los proyectos de socialistas de los años 80, y la deconstrucción sistemática de los proyectos de redefinición de soberanía nacional y social por parte de las elites del Tercer Mundo contempla hoy sus últimas consecuencias. Hoy los cuadros de destrucción ambiental, de hambre y muerte, los movimientos migratorios de millones de humanos, y la corrupción política y la violencia militar y paramilitar que se ampara en este desorden mundial se ha vuelto obscenamente visible. Se censuran sus imágenes y las voces de desesperación de una devastación humana que no tiene precedentes en los grandes genocidios históricos del colonialismo europeo. Las frases caritativas que eventualmente pronuncia la burocracia política y financiera globalista sólo añaden cinismo a sus estrategias militares y económicas de expolio y extorsión.
Deterritorialidades. Esta fue otra de las palabras de orden del discurso posmodernista. Asociada con las imágenes de un capitalismo transnacional, sus administraciones globales y sus poderes móviles.Asociada con la deconstrucción de los discursos políticos. Esta implantación de las redes de poder deterritorializado es hoy un hecho cumplido y una nefasta banalidad. Para las estrategias de la guerra global no existen fronteras. Amazonia es un paradigma.Los mercenarios de la guerra global dirigen y vigilan in situ las operaciones militares de Perú, Ecuador y Colombia. Probablemente también en Brasil. Desarrollan en estos escenarios las mismas estrategias para las que han sido entrenados en Africa o el Sudeste Asiático. Síntesis de guerra sucia y hightech. Soberanías nacionales son un arcaísmo siempre que no se traten de países ricos.
La liquidación financiera de Argentina bajo los auspicios de una democracia corrupta y las estrategias irresponsables de los bancos mundiales interesados en incrementar hasta el colapso las deudas externas del Tercer mundo es un paradigma. El mismo principio ha arrasado Ecuador, está estrangulando socialmente a Brasil con una masa de treinta millones de humanos financieramente condenados a la extinción, y mantiene en la cuerda floja la llamada transición democrática de México. La burocracia multinacional de los bancos mundiales y los representantes de los superpoderes dictan directamente las políticas económicas de expolio y libre comercio, al mismo tiempo que resguardan el baluarte proteccionista de los países ricos. Las escenas de un funcionario de la Casa Blanca dictando lo que el próximo presidente democrático de Brasil tiene que hacer en materia social y económica, al tiempo que justificaba la imposición de tarifas arancelarias a los aceros y productos agrícolas de aquel país son un acto de intromisión que resulta bochornoso incluso para quienes asumían ayer la inevitabilidad de los golpes de Estado fascistas patrocinados en nombre de la Guerra Fría.
El tercer mito posmoderno fue la aldea virtual, la suplantación del cuerpo social por la masa electrónica, el fin del sujeto en la aldea global, y la mirada transparente o vacía que definía una nueva condición existencial y existencialista. Hoy ya podemos trazar una secuencia de esta condición decadente de la civilización moderna. Guerra del Golfo Pérsico: la aldea electrónica perpleja y fascinada ante la transubstanciación mediática de la destrucción total, de lo que fue un real bombardeo masivo que sembró un país entero con miles de toneladas de uranio enriquecido de efectos letales a largo plazo, en un fascinante video game. Guerra de los Balcanes: espectáculo de un crimen masivo sistemático: violaciones organizadas de mujeres, bombardeo sistemático sobre la población civil durante largos años, frente a una opinión pública programadamente pasiva. El terror como evento mediático que no establece diferencias entre guerras sucias de paramilitares entrenados y armados por los países ricos que actúan bajo su vigilancia en las selvas de Asia, Africa y América latina, los guerreros suicidas del Jihad y las estrategias tecnológicamente limpias de las guerras en las estrellas han impuesto la parálisis universal de la sociedad llamada civil. Chechenia: la síntesis de guerra tecnológica y total, y guerra sucia, ante la completa pasividad de la aldea global. Hoy se anuncia una extensión indefinida de las guerras regionales a escala global, una militarización de todos los conflictos económicos y sociales generados por un rotundo fracaso social de la globalización económica patrocinada por los G-7.
Es bajo esta perspectiva que tiene que verse también el evento del 11 de Septiembre. No me refiero al ataque suicida al centro simbólico del poder capitalista y militar mundial por parte de Al Qaeda. Sino al evento electrónico manufacturado a partir de este ataque. Su transformación en un grandioso ritual primitivo de sacrificio, un nacionalismo agresivo y la continua y progresiva propaganda de guerra. El 11-S se ha convertido en un ejemplo de movilización de la masa electrónica planetaria para la legitimación de un quimérico proyecto de constituir un superpoder mundial atómico, cuya primera formulación fue expuesta el día siguiente del lanzamiento de las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki como su significado último y verdad absoluta, y que entre tanto ha regido los sangrientos derroteros de la llamada Guerra Fría.
Cuarto: las consignas de multiculturalismo. Heredera del concepto ilustrado de tolerancia, la jerga multiculturalista, a la vez académica y militar, sirve a sus mismos objetivos colonizadores que aquella. En su nombre se ha creado una cultura global perfectamente uniformada, perfectamente interligada burocráticamente y perfectamente controlada semánticamente. Las mismas exposiciones, los mismos museos, el mismo pensamiento único, se trate de economía política o crítica literaria, se reproduce hasta la saciedad lo mismo en las universidades de Perú o de Angola, en la Bienal de Sao Paulo que en el Guggenheim de Bilbao. El resultado es la obstrucción y la destrucción de memorias, inteligencias y culturas locales, la uniformización de saberes históricos de civilizaciones milenarias, y la creación de una nueva burocracia y una nueva censura de alcance mundial.
Y para acabar pronto esta lista de categorías históricas terminales, una conclusión final o del final de la historia como conclusión.Este final de la historia fue, como es muy sabido, una ilusión global expuesta por el neoliberalismo norteamericano. Pero el final de la historia es, en realidad, una vieja consigna apocalíptica, formulada primero por el imperialismo cristiano español o refundido más tarde por el milenarismo nacionalsocialista alemán bajo el signo de la construcción de siempre repetidos órdenes mundiales y globales. En sustancia esta doctrina quiere decir que cuando todo el orbe sea cristiano o cuando todo el globo se haya convertido a la propaganda construida por la media corporativa, la Humanidad obediente alcanzará la felicidad, ya como consumidores del reino de Dios, ya como beatos del paraíso neoliberal.
La ilusión de este sometimiento del mundo a una sola ley ha significado, desde la era de las cruzadas, su primera formulación, un «choque de civilizaciones», según la expresión de otro intelectual asociado con la administración de nuestro nuevo orden mundial. El concepto de choque es un eufemismo en este contexto. En realidad quiere decir, que no puede imponerse el sistema civilizatorio occidental sin resistencia de aquellos para los que esta felicidad absoluta significa destrucción ambiental, miseria y degradación a una existencia infrahumana. Obviamente entonces vienen los choques, vienen las guerras, llega la hora del terrorismo. Y las guerras cruzadas imperiales de ayer y las cruzadas globales de hoy.
Bajo esta perspectiva me parece reveladora la definición oficial del nuevo discurso de guerras globales indefinidas como guerra de civilización, y que a esta guerra se le otorgue además la dimensión simbólica de una guerra trascendente del Bien contra el Mal, es decir, una guerra santa, una cruzada en el sentido del maniqueísmo cristiano más arcaico. Es una guerra que abraza no solamente una estrategia militar o una tecnología armamentista específica. Ella define además un proyecto civilizatorio. Un proyecto que es global y totalitario, y que se presenta administrativa y mediáticamente como un orden necesario, incuestionable y perfecto.Una guerra apocalíptica del cumplimento final de los destinos de la civilización cristiana y capitalista, de sus valores de libertad, de poder, de orden, de razón. El final de la historia.
Ciertamente, la producción corporativa de realidad electrónica no puede ocultar que este orden politicoeconómico arde por sus cuatro costados generando el sufrimiento y la muerte de millones de humanos y abriendo una perspectiva global precisamente fundada en el terror: controles electrónicos de la sociedad civil, degradación de la democracia a espectáculo corporativamente manipulado, violencia y corrupción a gran escala, miedo y vacío. De hecho, las nuevas guerras globales no esconden su carácter reactivo. Son la expresión última de este sistema cuando ya nada lo puede legitimar ni sostener más que la militarización de los conflictos sociales, como en el caso de Colombia, y el terrorismo desesperado y suicida, como los dos aspectos opuestos pero precisamente también complementarios de nuestra crisis histórica. Las consignas propagandísticas de democracia o civilización que abanderan la militarización del planeta ya no pueden ocultar tampoco la imposibilidad técnica de definir un sistema social y económico justo a la misma altura global con que se miden las estrategias de guerra mundial indefinida.
El programa del final de la historia define también el estado de parálisis intelectual, la ausencia de proyectos artísticos o sociales, el vacío existencial que domina en los centros de decisión cultural global. Define un nihilismo integral ligado a la concentración de poder tecnológico y financiero. Este vacío exige un cambio radical en nuestra forma de pensar globalmente y en la definición de nuestro futuro."

sábado, mayo 20, 2006

Mi amor no dio resultado



Tengo mucho trabajo. Me siento un poco agobiado, pues cada semana se acumula un poco más de cansancio. Y tengo pena...mucha pena. Creo que la pena es la que me roba más energía, no es tanto el trabajo...aflicción, siento aflicción, y siento que en este mundo pocas veces estamos como querríamos. Mi amor no dio resultado.

sábado, abril 29, 2006

Ailaikdemiusik...




desde que era niño y oía una radio vieja que reposaba sobre el refrigerador en la cocina de mi casa. La música siempre tuvo para mi un poder extraño: era capaz de inducir mis estados de ánimo, o sea, me cambiaba la frecuencia y a veces me dejaba pegado por un día o dos con un fraseo melódico sin que hubiese forma de sacármelo de la cabeza. A propósito de esto mismo subí acá la última canción con la que me ha pasado esto. Lleva varios días resonándome en la cabeza, ya sea en la casa, en el bus, en el metro y a la salida del trabajo. Me gusta su pulso urbano y la sensualidad oscura característica de sus intérpretes. Me seduce esa guitarra minimalista de sonido crudo y la voz profunda e inquietante de Gahan. La imagen que acompaña es una foto de mi abuelita. Fue la que más me hacía sentido y correspondencia con la música. Enjoy it.



Powered by Castpost

sábado, abril 22, 2006

Mujeres II




Estas son a las que mi corazón se siente ligado, con toda la extrañeza y las contradicciones que la bestial naturaleza del amor impone.

Mujeres...



Esto lo escribí hace años.
"Conozco tu juego...atraer, seducir con curiosidad, con la curiosidad de comprobar si lo que has visto es capaz de deslumbrarte. Y escabullirte libre como el aire una vez que ves un par de ojos cautivos. Segura de tu piel, siempre atenta, con la seguridad que te brinda una amor incondicional que profesas y que se retroalimenta. Lúdica y práctica hasta la médula..!"
"...qué garra, qué desprendimiento y qué humanidad me parece notar latiendo en su espíritu. Pero veo también soledad, y veo sueños, y veo miedo a quedarse sola, y sentir que las viejas profecías enterradas se materializan cuando parecían olvidadas, como cuando se reconoce un rostro familiar y temido. Y desbordante de pasión, de valentía, que, mal dirigida, se vuelve ira. Y es que fue mucho el daño, mucha la humillación para no reaccionar con energía cuando pulsan los viejos botones que cubren el dolor."
Estamos en el mismo campo de juego, pero todos llevamos los ojos vendados, y, aunque a tientas nos buscamos, puede más el recelo, el placer, la desidia, el deber, el interés el egoísmo o la locura para mantenernos lejos.
"La vida es una herida absurda."
"La última curda", tango.
"Estoy pendiente de ustedes, mujeres, duros corazones de vinagre".
"Poeta negro", versos de Antonin Artaud.