El hai-ku es una forma japonesa de poesía que consiste en dos versos escritos seguidos de un tercero que resuelve la sutil tensión creada con el primero y el segundo; al efecto que este último verso debe producir los japoneses lo denominan "satori", que quiere decir "iluminación", nombre apropiado, puesto que en él debe cristalizar el sentido del poema. Los hai-kus siempre tienen esta extensión reducida, y su exponente más representativo es el poeta Matsuo Basho, japonés por supuesto. Weno, la weá es que hace años yo escribí algunos en mis libretitas negras y estos días encontré una y me dije a mi mismo "¡Ostias!, debería publicar este poema tan majo, sobre todo teniendo en cuenta que no ocupa mucho espacio pues es un hai-ku..."; dicho y hecho: me hice caso y aquí está! (salió mucho más larga la introducción y la explicación que la weá misma de poema, pero en fin...)
Medianoche de lunes en otoño
resplandor azulado de pantallas de tv
en las ventanas...
¿Cómo está?. Tiene una estética urbana inspirada por mi querida ciudad: Valparaíso. Lo escribí una noche de mayo mientras cabeceaba ideas en el paseo Atkinson del cerro Alegre. ¿Conocen Valparaíso?. Deberían: es la raja!. O sea, yo lo encuentro la raja. Ya, chao, nos vemos.
jueves, agosto 11, 2005
jueves, agosto 04, 2005
Descargos
No siento la necesidad de expresarme, que le llaman, y me parece más extraño escribir aquí pa que me lea quien sabe quien,; peor: no imagino que haya personas que gasten su tiempo en husmear estas páginas en vez de andar en bicicleta o ir a la playa o hacer otras cosas, pero por lo que me dice la Cecilia existen y, es más: abundan. Bueh...en ese caso supongo que puede valer la pena como experimento de ocio constructivo y también destructivo cuando la bronca arrecia y uno quisiera contar con una tribuna para putear como Dios manda cuando el caso lo amerita. Hay tanto breva con tribuna en la dictadura mediática de mi chilito que a lo mejor, en una de esas, este puede ser un buen frente de trinchera para materializar esa máxima de Armando Uribe: odio lo que odio y rabio lo que rabio. Y pa conversar y echar la talla también. Quién sabe. Lo mejor es que puede ser un buen cajón pa guardar ideas sueltas. Don Memo nació de la ingeniosa y dicharachera mente del guatón Mauricio, un ex-amigo testigo de Jehová, que de usar "Nos vemos" como frase de despedida o para dar la cortada o simplemente como negativa, derivó por el uso en "Noh memoh" y, finalmente, en "Don memo" sin alterar su significado. Eso, po...Ya sigo. Donmemo.
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