miércoles, agosto 01, 2007

Velocidad crucero


En noviembre del año pasado mi mamá se enfermó. Un trombo o coágulo de sangre se atascó en una vena cerca de su cerebro y obstruyó la irrigación haciéndola perder el conocimiento. Un accidente vascular o una trombosis, que le llaman. Cuando despertó no podía moverse ni hablar. Era un sábado en la tarde cuando recibí una llamada telefónica de una prima que me puso al corriente. Estaba atardeciendo y caché que había llegado el tiempo en el que venía pensando desde hace rato. Al día siguiente me fui temprano a Rancagua, esa ciudad de mierda que me carga y que mi amigo Chopa adora, cada uno de los dos con sus propias razones. Yo tuve que bancármela casi 20 años.




Desde entonces he estado lo más cerca de ella que he podido y he ido a visitarla regularmente cada quince días. El primer mes y medio fui todas las semanas y me quedaba varios días. El destino quiso que una tía muy querida y una prima que ha resultado ser un ángel se han hecho cargo de ella, pues ya no puede estar sola y traermela a donde yo vivo sería ponerla en una situación muy incómoda, a ella, que nunca quiso salir de su casa. Abandoné la idea de estudiar en el extranjero, pues no podría irme por mucho tiempo dejándola. Y no es tanto por echarla de menos como por sentir que es mi responsabilidad, o al menos sé que ella no habría hecho menos si yo hubiese estado en su situación. Se recuperó bastante, pero nunca más será la misma. Su brazo derecho quedó inutilizado y perdió la capacidad de hablar. Transmite caleta, igual, pero no se le entiende nada. Habla en una jerga silábica-vocálica onda "Tototatetototototutoto...", y hay que tratar de cachar qué onda. En compensación su humor mejoró y está más alegre, como más distendida, ella que era más dura que palta de supermercado... También (no sé por qué) no quiso teñirse más el pelo ni arreglarse, como si hubiera dicho como en la canción del Álvaro Henríquez "alashushesumaaaa...". Al menos ya controla esfínteres, que es una gran cosa, y anda en la suya, ordenando cosas, pone la mesa y come y va al baño sola. Pero ya no es independiente. Tuvo que irse a vivir con mi tía en un departamento chiquito, y nuestra casa quedó habitada solo por los arrendatarios de las piezas sobrantes, que igual son de confianza y la cuidan bien. Cuando me quedo allá, lo hago en la que por casi 20 años fue mi pieza. En la noche prendo el fuego de la salamandra, recorro la casa y la siento llena de recuerdos y de fantasmas del pasado. Es cuático.




El jardín es solo tierra y ha crecido maleza en los maceteros. La enredadera la cortaron y el parrón está escuálido y medio mustio. Todo es silencioso. Lo bueno es que ella está bien, dentro de sus posibilidades, donde está. No quiere salir del depa y su cabeza está del color de los ajos. Con los lentes y su pelo corto tiene un aire a Andy Warhol. El sábado fuimos en el auto con la Cecilia y la idea era sacarla a pasear. No quería, tuve que sacarla a la fuerza; ya, nada de weas, no te vas a quedar encerrada el resto de tu vida aquí, vamos....me rasguñó, pero al final la saqué igual no más, la metí al auto y nos fuimos a pasear a Lo Miranda, un pueblo cerca de Rancagua donde teníamos una casa de veraneo cuando yo era niño. El pueblo ya no es igual. Las calles están pavimentadas y todo se ve más urbanizado. Pero pude encontrar los caminos y fue grato; mamá estaba contenta y lo disfrutó también.
Cuando compro los pasajes en el terminal, o cuando me tercio con un portero me dicen "joven"..."Adelante, joven", "Buenos días, joven", "De nada, joven"...y a mi me da risa.
Ya no soy joven. El futuro de mi juventud ya se fue. Soy un adulto, un hombre. Lleno de contradicciones, inseguridades y fantasmas. Intenso a rabiar, alerta, con un niño escondido. Como todos. La vejez está a la vuelta de la esquina. La vejez y la muerte. Y voy corriendo: la sonrisa de mi madre me lo dice. No hay esperanza, no hay tristeza: es así nada más. Debe ser bueno si así es. Era polvo y volveré al polvo pronto, dentro de unos años. Mientras tanto exprimo la vida. Tanto la exprimo que me saqué la chucha en bicicleta hace poco, pero me gustan mis cicatrices. Me siento en la cresta de la ola aunque el espejo cada mañana me susurra "Memento mori...".
Ese es tu enemigo, hijo de puta. Una parte de él.

12 comentarios:

cinodo dijo...

me estremece leer esto... definitivamente son temas para los que nunca estaré preparada.

POLAF dijo...

sentidas palabras querido amigo, sentidas y hermosas. Me gustó escucharte ayer. Me alegra saber que pronto nos veremos y podremos conversar, hablar de nuestras contradicciones, inseguridades, fantasmas. Reírnos como esos niños escondidos que tenemos y disfrutar, exprimir la vida, aunque sólo sea por unos días. Un abrazo mi amigo.

m. dijo...

escribís increíble. qué puedo decir.
siempre que me topo con un escrito así de bkn me quedo un poco muda...y me da n vergüenza comentar algo... pero filo. me pasaron n cosas al leer, desde mucha risa en algunas partes hasta un par de lagrimones locos.
y es que la vida es eso yo creo. ir y venir, pero siempre con el mismo final. no sé que onda. quedé como en shock así, no pueo pensar muy bien.
me encantó la foto donde sales con tu mamá.
un abrazo amigo. de esos de corazaun :)

Manuel dijo...

Sip, muy linda la foto y muy emotivo el texto. Bueno, hay que seguir a velocidad crucero no más y esperar que pasen cosas buenas. Saludos, my friend.

El cronista de la O' dijo...

Somos adultos, amigo, y parece que ayer no más nos estábmos juntando para salir en busca de esa fiesta perdida en tu poca estimada ciudad cuna.
Tú bien sabes que tu historia me es muy familiar... sin ser salamero, tu casa fue en un algún momento una verdadera guarida, sobre todo cuando quería escuchar musica rock... tu madre, aunque no lo creas,fue muchas veces también mi mamá...Ver el patio de tu casa me trajo mil recuerdos... tenías un gato viejo y barsa que se echaba en las faldas...

Hermano, ya somos adultos!!!

David Saä V. Estornell dijo...

Sigues cautivando en extremo, creeme.

LA ADELFA BLANCA

Aspacia de Mileto dijo...

Hola Mauricio

Llegué a tu blog por medio del Chopa. Y leí lo primero que aparecía. Me hizo revivir los momentos mas tristes de mi vida.

Mi mami enfermó de cáncer. Después de muchas kimios y radioterapias, la desahuciaron. Se demoró en morir 6 largos meses, pesaba 30 kilos.

Creo que por primera vez entendí lo que es la muerte. En esa época yo estaba haciendo un postítulo en latín y seguí yendo a clases, a trabajar a juntarme con amigos, viajando todos los fin de semana a verla, aunque alguno de ellos me quedaba estudiando.

Cuando se murió, para colmo un lluvioso día de Agosto, yo fui la última en hablar con ella y me dijo “ Ya Mamita, parece que me llegó la hora, cuídese, no haga leseras”. Y el mundo bajo mis pies desapareció, literalmente.

Estuve dos meses con licencia dándome vueltas por mi Dpto. sin sentido, recuerdo que estaba tallando una escultura, que iba solo a las clases de latín... pero era un fantasma, es tan terrible la pena que ni siquiera te la puedes imaginar...

Ahí putié cada segundo en que no estuve con ella, pensaba ¿por qué no congelé el postítulo, pedí licencia y me fui a acompañarla?

Pero creo que el problema era mío, ella estuvo acompañada de la mayoría de mis hermanos (somos 8), nietos, mi papi etc. Pero todavía me siento en deuda. Ya no lloro, por supuesto, pero es una pena que nunca se pasa.

¿Te he animado caleta? Jejejeje. Lo cierto es que los amigos son fundamentales, esos amigos de toda la vida. Durante todo mi duelo estuve revoloteando cual polilla a la Carola Carrizo, preocupada, subiéndome el animo, incondicional.

Lo único que te puedo decir es que algún día a todos nos pasa (perder la mamá) y creo, que para mi, al menos, el mundo cambio sus dimensiones. Si antes me estresaban 100 cosas, ahora lo hacen 2. Ya se que no hay nada más terrible que perder a quien uno ama. Cariños, Chechita

PD: A mi tampoco me gusta Rancagua y sin embargo las raíces tienden en esa dirección cada vez que estoy triste

VILLANO dijo...

UF! de profundis amigo. Las tripas en el tendedero, y la sangre en torrente... esenciales sus palabras y las de quienes postearon luego. A mi también me dicen "joven" en todas partes y siempre me pregunto ¿hasta cuándo?... Y de mi mami, ella está bien, pero ya no tan joven, la puta cronología dice que no la tendré por taaaanto tiempo más, pero no pesco, no puedo ni pensar en que desaparezca, aunque sea el maldito orden de la vida, se se muere me sentiré huérfano aunque para entonces tenga 40 o 50 años.

nadie a la vista dijo...

Linda sorpresa reencontrarme contigo y descubrir tan cálidas palabras hacia tu madre.
Te felicito por el último paseo, ojalá vengan muchos más.
Todo esto me hace recordar mi propia historia. Por un lado mi padre, quien ya partió, pero todavía se me quiebra el corazón de sólo pensar que ya no está y nada puedo hacer para cambiar.
Mientras por otro está ella, esa mujer que cambió radicalmente tras la partida de él, esa mujer dulce, medio volada y querendona que la vida me ha dado, casi como si fuera mi hija, permitiendo sanar viejas y profundas heridas.

JòseMiguel dijo...

Quien más que tu amigazo me iba a estremecer al punto de entender que esta puta depresión por la que estoy pasando, es una soberana estupidez. La vida es para estrujarla y los seres queridos (familia y amigos) para aprovecharlos al máximo. Uno no se da cuenta de aquello hasta que, lamentablemente, han partido o por algún motivo, se han distanciado.
Te invito a mi blog para que me des tu opinión y descubras quién es este amigo que aparentemente está lejos pero que siempre se acuerda de ti...aunque me hayas "pelado" un poquito....jajaja
http://delohumanoydelonotansacro.blogspot.com

Carlos dijo...

A mi padre le pasó casi lo que dices, y ahí está, algo más móvil, pero sigue hablando en ese idioma de la afasia. Mi madre tiene 83, y el tiempo del fin puede estar en la próxima llamada. No puedo/no quiero imaginarlo, casi, pero se que vendrá, inevitable como la próxima primavera.

Un abrazo.

nadie a la vista dijo...

me alegró mucho verte
notarte bien y feliz

tiempo atrás te escribí
pero estoy segura que no sabías quien era

ojalá, como dije a otro ex-hist hoy mismo (día de actualización blogera...), no perdamos el contacto

no nos conocemos bien, pero soy una convencida que nunca es tarde

la invitación que hice
la hice de verdad
ahora depende de Uds.

cariños a los que están por venir!