viernes, octubre 14, 2005

Infinita tristeza...

¿Por qué?...da lo mismo. Total, de aquí al lunes se me quita. Además, ni yo mismo lo tengo muy claro. Deben ser los años, la vida que pasa inexorablemente, la suma de los detalles. La noche inmensa y el enigma de sí mismo.
Filo. Qué pajero...
01:30 bajé al town y encontré todo feo aunque la noche está preciosa. Todo me parecía frívolo y superficial, aunque sepa que es lo mismo de siempre. Me comí un completo que estaba rico y me metí a un bar (Vienés) a tomar un trago. Estaba el mismo cantinero de siempre en la barra y más allá un par de pseudointelectuales conocidos. Pedí un ron con coca cola (super barato: Barceló a $1000), y en eso llegó un viejo que cuida autos afuera de la muni. Lo he visto haciendo gestos vagos, la maroma de ayudar a estacionar en un lugar que no requiere de sus servicios. Pero no me cae mal como la mayoría de sus colegas. Es un viejo inofensivo, no un maleante como la mayoría de esos patanes. "Es alcohólico" pienso; ¿quién toma a esta hora un trago en un bar sin hablar con nadie y luz opaca en los ojos, sino un alcohólico?. Se pone al lado mío y con voz baja pide lo suyo: vino tinto con coca cola...se lo traen y empinamos el vaso al mismo tiempo; tengo la sensación de que es un espejo y que soy yo mismo dentro de algunos años...¿Iré a terminar así?...doy vueltas el vaso, más allá Cuneo y Enrique hacen aspavientos a sus interlocutoras, que, para variar, están bastante bien. Pero hay algo falso en todo ello. Me ven, levanto la mano y saludo desganado. Pienso que el viejo al lado mío (que mira inexpresivo su vaso) es más de verdad que esa portada de revista. El ron baja por mi garganta y sabe dulce y caliente, aunque esté frío. El aroma a caña de azúcar sube por mi nariz. Pienso en P. Y recuerdo los buenos tiempos, cuando llegaba a su casa y siempre me esperaba con un trago, que compartíamos oyendo música. Doy vueltas mi vaso y los hielos giran ligeramente con la inercia. Siempre me gustó la física, aunque no entendía un carajo a partir de cierto punto. Las leyes que gobiernan la realidad y la materia son sencillas. El corazón humano no. Apuro mi trago. Salgo. La noche está fresca y hay luna. Camino y quiero oir alguna voz amiga. Llamo a Rojas. Contesta agarrándome para el hueveo, como es su costumbre. Me pregunta qué tal . Le cuento que estoy triste y que no sé bien por qué, que un velo de melancolía me cubre los ojos; se lo digo bromeando, pero él sabe que hablo en serio, y me contesta hueveando pero yo sé que habla en serio también. Es lo que nos queda: la risa es nuestro escudo y no es sabio tomarse muy en serio uno mismo. Me dice que está bien, que no espera nada más de este día y que se va a dormir; está satisfecho, y que yo debería guardarme también. Nos reímos mientras hablamos de otros temas sin dejar de bromear entremedio. Me hace reír, me hace sentir que siempre hay una sonrisa detrás de nuestras peores máscaras. Nos despedimos, me siento algo reconfortado y pienso en llegar a escribir sobre esta sensación de futilidad de todo que a veces tengo. Aquí estoy.

7 comentarios:

cinodo dijo...

...

Anónimo dijo...

esto es lo que Piero llamó "tristeza larga"... la pena que moldea las líneas de expresión y el brillo de la mirada.

Triste por estar triste.


De vez en cuando la vida
Nos besa en la boca
Y a colores se despliega
Como un atlas,
Nos pasea por las calles
En volandas
Y nos sentimos en buenas manos;
Se hace de nuestra medida,
Toma nuestro paso
Y saca un conejo de la vieja chistera
Y uno es feliz como un niño
Cuando sale de la escuela.

De vez en cuando la vida
Toma conmigo café
Y está tan bonita que
Da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita
A salir con ella a escena.

De vez en cuando la vida
Se nos brinda en cueros
Y nos regala un sueño
Tan escurridizo
Que hay que andarlo de puntillas
Por no romper el hechizo.

De vez en cuando la vida
Afina con el pincel
Se nos eriza la piel
Y faltan palabras
Para nombrar lo que ofrece
A los que saben usarla.

De vez en cuando la vida
Nos gasta una broma
Y nos despertamos
Sin saber qué pasa,
Chupando un palo sentados
Sobre una calabaza.
(SERRAT)

Nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio.
(SERRAT)

Anónimo dijo...

el usuario anonimo de arriba era yo

Gatomauro dijo...

Gracias, compañero.

POLAF dijo...

Mi amigo,
Un amigo que quiero mucho me dijo una vez, cuando estaba muy triste, que usara mi sonrisa como escudo. Extraño esa sonrisa tuya.

Manuel dijo...

Cómo tan mamá?..jaja

Anónimo dijo...

Ay Lorenzo, cuánta calamidad, sigo leyendo y terminaré baja’o y con un peso en el pecho, tienes espíritu de poeta, ojalá sobrevivas a eso, ...sí, son los artistas que más se suicidan, seguidos de pintores y músicos. Esto me recuerda eso de que “El sueño de la razón genera monstruos” aunque es sólo una evocación; he aquí ofrefco un gentil poema de mi muy entero gufto i alegría:

“Que anochezca cano el viejo,
y que amanezca bermejo,
bien puede ser;
mas que a creer nos estreche
que es milagro y no escabeche,
no puede ser.”