Esto lo escribí hace años.
"Conozco tu juego...atraer, seducir con curiosidad, con la curiosidad de comprobar si lo que has visto es capaz de deslumbrarte. Y escabullirte libre como el aire una vez que ves un par de ojos cautivos. Segura de tu piel, siempre atenta, con la seguridad que te brinda una amor incondicional que profesas y que se retroalimenta. Lúdica y práctica hasta la médula..!"
"...qué garra, qué desprendimiento y qué humanidad me parece notar latiendo en su espíritu. Pero veo también soledad, y veo sueños, y veo miedo a quedarse sola, y sentir que las viejas profecías enterradas se materializan cuando parecían olvidadas, como cuando se reconoce un rostro familiar y temido. Y desbordante de pasión, de valentía, que, mal dirigida, se vuelve ira. Y es que fue mucho el daño, mucha la humillación para no reaccionar con energía cuando pulsan los viejos botones que cubren el dolor."
Estamos en el mismo campo de juego, pero todos llevamos los ojos vendados, y, aunque a tientas nos buscamos, puede más el recelo, el placer, la desidia, el deber, el interés el egoísmo o la locura para mantenernos lejos.
"La vida es una herida absurda."
"La última curda", tango.
"Estoy pendiente de ustedes, mujeres, duros corazones de vinagre".
"Poeta negro", versos de Antonin Artaud.
1 comentario:
hay que decir que, más que a veces, las mujeres apestan..., no sé, no cachan, no se enteran; o se hacen las que no cachan, las que no se enteran. Sorry, pero comento en un día en que para mí las féminas no existen, y eso no me preocupa, ja!.
Publicar un comentario