Historias de pacos tengo varias, como la del paco que nos abordó a mi amigo David y a mi hace años en una fría noche de invierno en Rancagua mientras conversábamos parados en una esquina para paquearnos y terminó dando jugo y haciéndose el bacán y chistoso para nuestro divertimento. Era un pendejo, menor que nosotros, recién salido de la escuela seguro. Otra: el paco que llegó a paquearnos a otro sociate y a mi en situación similar a la anterior, pero esta vez a la salida de los tribunales de justicia en Valparaíso, preguntando qué hacíamos ahí; “nada”; que nos vayamos y wea; “pero, ¿por qué?”, y desde su sensación de inseguridad, larga la pregunta “¿Uds. Conocen el artículo 17. 976.643968bhrgablrtnxxx?”; (Admirados y a coro), “¡¿Noo..?!”; “Léalo y después conversamos”. Y se fue po, sintiendo que había hecho una salida dignísima, dejándonos dibujados primero y cagados de la risa después. Otra, la vez que estacioné el vehículo en la losa de la plaza Sotomayor como siempre pa cruzar al Playa y me pasaron un parte. Pido explicaciones a la pareja y uno de ellos me dice que está prohibido estacionarse ahí por que con el peso de los autos el suelo se puede hundir sobre el subterráneo que alberga el pequeño museo bajo la plaza. Puta, qué le iba a decir po weon…excepto que hubiese esperado que notificaran anticipadamente sobre la puesta en vigencia de la norma, pues siempre todo el mundo estacionó siempre ahí. Grande fue mi sorpresa y mi indignación cuando a la semana siguiente llego al mismo lugar y veo el parque copado como de costumbre y una pareja de pacos ahí mismo laissez faire care raja. Hasta hoy todo el mundo sigue estacionando ahí cada fin de semana, excepto cuando ellos no quieren-
Pero la más surrealista ha sido la siguiente: domingo tipo tres de la tarde, me bajé de la micro en Bellavista y caminé hacia la plaza Aníbal Pinto para subir a mi casa en el cerro; voy pasando por la plaza Cívica y un perro callejero, de esos que abundan en el puerto, me huele la desconfianza y me pega la odiada, GUAGUAGUAGUAU! y wea, haciendo amago de mascarme las canillas, grande el cabrón; a unos diez metros un radiopatrulla estacionado baja el vidrio y un paco joven con aspecto de teniente sigue la escena con atención. El perro me va a morder, así que para defenderme hago ademán de coger una piedra del suelo, aunque como ahí es puro pavimento no había un puto guijarro, y hago como que se la voy a tirar intentando disuadirlo, y mientras ocurre esto veo que el paco abre la puerta del radiopatrulla y me interpela en voz alta y firme de superhéroe con las siguientes palabras: “A ver!, ¡¿Qué te pasa con el perro?!...”.
O sea, yo he visto que los pacos en general trabajan bajo presión y a menudo en peligro, por lo que me explico que a veces sobrerreaccionen o no den la respuesta más adecuada, pero…el perro estaba a punto de morderme, él había visto toda la escena y estaba prestándole ropa AL PERRO. Eso si que no lo entiendo si no concluyo que entre el paco raso abunda la falta de criterio y la autoimagen simplona del héroe. Claro, encontré la wea tan irracional que le ladré algo como “vohehtailoco, weon?!! ¿no estai viendo que me quiere morder??? Andate a la jbcuxxxo!!”. Yo creo que puse tal cara de indignación que el weon no me dijo nada más y hasta el perro se asustó.
Pero la más surrealista ha sido la siguiente: domingo tipo tres de la tarde, me bajé de la micro en Bellavista y caminé hacia la plaza Aníbal Pinto para subir a mi casa en el cerro; voy pasando por la plaza Cívica y un perro callejero, de esos que abundan en el puerto, me huele la desconfianza y me pega la odiada, GUAGUAGUAGUAU! y wea, haciendo amago de mascarme las canillas, grande el cabrón; a unos diez metros un radiopatrulla estacionado baja el vidrio y un paco joven con aspecto de teniente sigue la escena con atención. El perro me va a morder, así que para defenderme hago ademán de coger una piedra del suelo, aunque como ahí es puro pavimento no había un puto guijarro, y hago como que se la voy a tirar intentando disuadirlo, y mientras ocurre esto veo que el paco abre la puerta del radiopatrulla y me interpela en voz alta y firme de superhéroe con las siguientes palabras: “A ver!, ¡¿Qué te pasa con el perro?!...”.
O sea, yo he visto que los pacos en general trabajan bajo presión y a menudo en peligro, por lo que me explico que a veces sobrerreaccionen o no den la respuesta más adecuada, pero…el perro estaba a punto de morderme, él había visto toda la escena y estaba prestándole ropa AL PERRO. Eso si que no lo entiendo si no concluyo que entre el paco raso abunda la falta de criterio y la autoimagen simplona del héroe. Claro, encontré la wea tan irracional que le ladré algo como “vohehtailoco, weon?!! ¿no estai viendo que me quiere morder??? Andate a la jbcuxxxo!!”. Yo creo que puse tal cara de indignación que el weon no me dijo nada más y hasta el perro se asustó.
10 comentarios:
yo creo en lo de "duerme tranquila nuña inocente sin preocuparte del bandolero" porque conmigo se han portado un siete
Yo hasta una tierna edad quise ser Carabinero. "Carabinero", es lindo el nombre. Marchaba en una banda de guerra del colegio donde nos instruia un "paquito" re simpatico. Yo queria ser un héroe, ¿y quién no, a esa edad?. Pero por esos mismos años fui testigo de las pálidas caras de mis papas con la noticia de que habian degollado a tres profesionales comunistas, al cabo de un tiempo se supo que habían sido "carabineros de la nación", ahí caché que no queria ser parte de una institucion cobarde y criminal (lease DICOMCAR). El ministro Juica dicto seis cadenas perpetuas y aún hay idiotas que dicen que es mentira.
bueno ciertamente hay de todo...no se puede ser tan iluso (a veces lo soy)--- pero algunos han tenido gestos conmigo realmente ejemplares.
Yo de "pacos" tengo para 3 noches enteras. Pero me quedo con una de aristas mitológicas:
cuando vivía en 5 1/2 Oriente, estaba en tremendo jolgorio (la previa) con un montón de locos (entre ellos el finao Richau, de Castellano), un oficial de rango quería poner a un paco raso de punto fijo afuera para cuidar la casa porque ese día pasarían por ahílos barristas de la U y podían causar desmanes (¿¿¿???).
Yo le dije que lo hiciera unas cuadras más hacia el Sausalito, que "aquí no pasa ná!!". La verdad, es que si hubierancachado el fumadero que teníamos dentro, habríamos caído todos preciosos.
Lorito, escribí sobre La Sur en el Blog. Espero te guste algo.
Querido amigo,
Recuerdo esa historia y me gustó leerla. Tienes talento para contar historias, me hiciste reír.
Un gran abrazo.
a mi hace poco me mandaron una citación los pacos por que dicen que no voté para las presidenciales, pero resulta que yo sí fuí pos, o por lo menos yo me acuerdo que fui.
un beso amigo :)
que estís bien!
guau
Te acuerdas que contabas que en tu casa había un pensionista, ex carabinero, que decía -por Carlos Ibáñez del Campo- "este si que era General... mandó al mar a todos los maricones..."
Toda aplicación de Derecho implica siempre creación de Derecho. Las policías son la última instancia en dicho proceso, y los carabineros chilenos son muy creativos. Aunque no sé si más que en otras partes. Es muy de la naturaleza humana abusar de la pequeña parcela de poder de la que se dispone.
En todo caso, cada sociedad tiene la policía que se merece. El que en Chile los pacos sean amables o prepotentes dependiendo de la condición social de aquellos a quienes se enfrentan, no es sino reflejo de la sociedad que hemos construido.
Saludos!
hoy retomé mis lecturas de blog... asi, saltando y saltando llegué acá... y me reí muchísimo con tu surrealista escena... lo siento... pero a veces la vida tiene esos absurdos...aunque yo les sigo llamando carabineros...qué perna!...jajaja
Me recagué de la risa!
Historias de pacos también tengo como 300. Y en verdad, todo se eme en una gran , pero gran falta de criterio de esos personajes, requisito indispensable para ser pacos. Incluso los que me han ayudado lo han hecho con y por falta de criterio.
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