Henos aquí, al abrigo de todas las miradas y todas las voces...serenos por sabernos solos y sensatos a fuerza de serenidad. Único en mi especie y compartiendo un nicho común con esos seres callados, que he dado en llamar plantas y esa variedad de ánimas que genéricamente he designado con el nombre de animales.
...Nací a la luz, ya no recuerdo cuanto hace. He visto alternarse regularmente las sombras quietas, tachonadas de luces argénteas; y el paso perezoso de eso que parece una naranja resplandeciente, ¡Todo encima de mi cabeza!...y he llamado a la sucesión de sombras, noche, y a la sucesión de naranjas flamígeras llamé días.
No he sufrido lo que se me ha ocurrido llamar "necesidad". Siempre están a mano las aguas cristalinas y los higos jugosos. A veces oigo la voz de aquél a quien no he visto, pero con el cual siento una familiaridad cercana...parece ser el único a quien me asemejo. Habla con una voz cálida, profunda, que me hace pensar en muchas aguas mansas y que me calma cuando me siento inquieto; un metal sonoro que me ha hecho decir una palabra extraña, pero dulce, como la miel de los panales de las abejas del bosque: caricia...paz...al sonido de su voz los latidos de mi corazón se acompasan, y el majestuoso león se llena de sosiego, dócil, y el torpe asno se vuelve mi hermano, al igual que los pájaros, todos los árboles y las piedras a mis pies, vibran pulsados por una potencia bienhechora...la voz del dulce amo y padre, que hizo las naranjas y el agua, y el viento canta en los árboles su saludo agradecido, y estos entonan un murmullo más alto que su conciencia vegetal....
1 comentario:
Buenísimo querido amigo, buenísimo. No me respondista la pregunta del post que te deje antes... pa después será.
PD: tu post sobre Adán me inspira a hacer algo con Eva... veremos que sale.
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