El año antepasado, mientras atravesaba por un período de muchos problemas, estuve pegado leyendo a Anais Nin. Me encantó la mina, aunque tras leer tres libros suyos me quedó claro que era re enrollada; pero de esa época y esas lecturas quedaron un montón de pasajes que me parecieron notables, y que me enseñaron o me confirmaron cosas que ya sabía sobre los seres humanos y sobre mí mismo. Aquí`reproduzco un párrafo que ella cita de una carta que le enviara Henry Miller, el escritor norteamericano con quien sostuvo una relación de amante y un nutrido intercambio epistolar y espiritual. Es sobre el miedo, a propósito de ciertas conversaciones recurrentes sostenidas con mi amiga.
"Creo, si es que hemos aprendido algo de tantísimas experiencias, que la mayor victoria del hombre es su conquista del miedo. Pocos dejamos de darnos cuenta de lo poderoso y dominante que es el miedo. Es el miedo el que hace tan dramáticas nuestras vidas, y principalmente el miedo a uno mismo. A esta clase de miedo, sin nombre, indescifrable, incalificable, debo la terrible imagen de mi vida con June. Miedo a perderla, miedo a estar solo, miedo a combatir el mundo, miedo de todo. Y el día en que descubrí que ella no podía aterrorizarme más, me convertí en un hombre libre, en un individuo por derecho propio, aunque ocurriera en un momento, a los ojos del mundo, en que yo era el más triste especímen de hombre que se pueda imaginar. Pero ¿quién sabe la fuerza que sentí en mis huesos?¿Quién sabe que debajo de mi apariencia miserable y desaseada había un alma poderosa?..."
La Fabiana Cantilo canta en una canción compuesta por Fito Páez (con esa voz dulce de hembra ardiente que tiene):
"Creo, si es que hemos aprendido algo de tantísimas experiencias, que la mayor victoria del hombre es su conquista del miedo. Pocos dejamos de darnos cuenta de lo poderoso y dominante que es el miedo. Es el miedo el que hace tan dramáticas nuestras vidas, y principalmente el miedo a uno mismo. A esta clase de miedo, sin nombre, indescifrable, incalificable, debo la terrible imagen de mi vida con June. Miedo a perderla, miedo a estar solo, miedo a combatir el mundo, miedo de todo. Y el día en que descubrí que ella no podía aterrorizarme más, me convertí en un hombre libre, en un individuo por derecho propio, aunque ocurriera en un momento, a los ojos del mundo, en que yo era el más triste especímen de hombre que se pueda imaginar. Pero ¿quién sabe la fuerza que sentí en mis huesos?¿Quién sabe que debajo de mi apariencia miserable y desaseada había un alma poderosa?..."
La Fabiana Cantilo canta en una canción compuesta por Fito Páez (con esa voz dulce de hembra ardiente que tiene):
"...si al final abrazarse al dolor no nos deja brillar...
el azar nos permite cambiar nuestro incierto destino
el dolor que nos puede vencer sin mirar más allá
yo creo que al final nunca sé donde voy, pero sigo un camino...
Algo ocurrirá, tengo la sensación, una carta marcada, un buen signo del sol
Nada es para siempre..."
Para pensar ¿no?
el dolor que nos puede vencer sin mirar más allá
yo creo que al final nunca sé donde voy, pero sigo un camino...
Algo ocurrirá, tengo la sensación, una carta marcada, un buen signo del sol
Nada es para siempre..."
Para pensar ¿no?
4 comentarios:
yo prefiero pensar que algunas coosas son para siempre...
Querido amigo, gracias por el post. Me dejan pensando las palabras sobre el miedo. Ese miedo a uno mismo. Creo que ahi se esconde la respuesta, mi respuesta. A veces me pregunto que sería de mis días sin esas conversaciones que tenemos de vez en cuando. Gracias. De verdad. Gracias por el aliento.
¿Como qué cosas?
el amor a la familia por ejemplo...
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